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Al señor Anabitarte: analicemos los resultados de UPyD en las últimas elecciones autonómicas, pero sin tergiversaciones ni manipulación, porque canta un rato, incluso entre los que tenemos memoria frágil. 22.500 votos y representación parlamentaria, éxito incuestionable habida cuenta los medios económicos y el silencio informativo, cuando no la manipulación mediática más descarada. Esto es, tantos votos como cualquier otro parlamentario, cuantía que por otro lado ni me habilita ni me impide expresarme libremente en este medio escrito de tendencia nacionalista que sin embargo me concede habitual y generosamente este privilegio. Usted confunde mi libre capacidad de análisis de los problemas de Euskadi con arrogarme una representatividad del conjunto de la ciudadanía vasca, cosa que evidentemente no hago. Respeto que usted tenga sus propias opiniones al respecto, pero deje que un servidor tenga las suyas y trate de expresarlas, respetuosa y educadamente. Usted miente cuando dice que yo hablo a favor de que ETB retransmita el mensaje navideño del Rey y demuestra habituales desconocimientos y prejuicios. Me limito a constatar un hecho: que muchísimos vascos lo seguimos en directo, inclusive muchos antimonárquicos. Y que dicho nivel de audiencia evidencia ciertos hechos. Entre ellos, en mi opinión, los complejos que padecemos muchos vascos, tendentes a escondernos bajo las piedras, bajar la voz, disimular opiniones y dejarnos llevar por el qué dirán. Y respecto a la caída en las encuestas de la clase política, tomo nota. Redoblaremos esfuerzos. Para terminar, es curioso que me acuse de querer generalizar y termine usted la carta pidiéndome permiso para generalizar su opinión respecto a los políticos. Claro que se lo permito. Usted, como yo, tiene derecho a opinar.