Tras el triunfo en 338 a.C. de Filipo II en Queronea, desaparece la polis griega y se inicia un período de hegemonía macedonia. Incapaces los grandes sistemas clásicos de ofrecer una explicación aceptable de la nueva realidad, surgirán diferentes escuelas filosóficas: la cínica, la estoica y la epicúrea, quizás las más importantes. Los rasgos principales de los grupos cínicos son la autosuficiencia, la libertad, la imperturbabilidad y la desvergüenza. Es célebre el diálogo entre Diógenes el cínico y el emperador Alejandro Magno. Al preguntarle el emperador si podía satisfacer alguno de sus deseos, Diógenes le respondió: «Sí. Retírate a un lado, que me estás quitando el sol».

En general comparto más los rasgos específicos de los epicúreos (¡los amigos cofilosofantes!), pero siento también cierta simpatía por algunos de los rasgos de la escuela cínica. No por todos, pero sí por algunos.