¿No habrá millones de españoles?

Cataluña asolada por el virus del nacionalismo y abocada a unas nuevas elecciones tras meses de inacción política y falta de respuesta de las autoridades ante los problemas reales de los ciudadanos: paro, precariedad, pobreza, desahucios o desigualdad, entre otros muchos. España en crisis institucional y política, con los partidos políticos dándose codazos para ganar espacio ante la previsible convocatoria de nuevas elecciones generales, olvidados los asuntos que importan a la gente. España asolada por el virus del nacionalismo que pretende romper la unidad del país y fraccionar la ciudadanía. España sin resolver sus gravísimos problemas políticos que podrían llevarle a una situación peor que la actual: desigualdad territorial y social, paro, precariedad laboral, corrupción institucionalizada, incremento del populismo, degeneración de los partidos que sustentaron durante años el bipartidismo, falta de esperanza y un largo etcétera. España ingobernada y quizás ingobernable, y no porque la pluralidad sea poco recomendable (es justo lo contrario, es muy recomendable) sino porque los principales partidos políticos siguen anteponiendo sus intereses particulares a los intereses generales de los españoles y tratan de orillar, posponer o sepultar las reformas que España necesita. .

Ante esta situación, ¿no hay, no habrá, millones de españoles dispuestos a sustituir, con su voto, la mala política por la buena política? ¿No habrá millones de españoles que sepan diferenciar la cosmética y la propaganda de la política radicalmente auténtica que sirve de verdad para cambiar las cosas? ¿No habrá millones de españoles favorables a modificar la ley electoral para que el voto de cada ciudadano valga lo mismo y se introduzcan además las listas abiertas, la limitación de mandatos o incluso las primarias obligatorias? ¿No habrá millones de españoles favorables a profesionalizar la Justicia en España, es decir, descolonizarla de los partidos viejos que la colonizaron para utilizarla en su beneficio? ¿No habrá millones de españoles progresistas dispuestos a defender la unidad, lo común, la pluralidad pero la unión, el consenso y la cordura? ¿No habrá millones de españoles favorables a regenerar en España la democracia, acabar con la politización de las instituciones, poner fin a la corrupción institucionalizada, abrir los partidos políticos a la gente, impulsar medidas de participación ciudadana, despolitizar las radios y las televisiones públicas o exigir que el dinero público se destine a mejorar la vida de la gente? ¿No habrá millones de españoles favorables a cambiar el modelo productivo, impulsar medidas de creación de empleo digno y estable y favorecer la creación de riqueza que pueda llegar a todos los españoles? ¿No habrá millones de españoles dispuestos a salvaguardar el Estado del Bienestar, la Educación y la Sanidad, la Dependencia y pensiones dignas para nuestros mayores? ¿No habrá millones de españoles dispuestos con su voto a cambiar las cosas a fondo, regenerar la democracia, modernizar España, exigir limpieza en las Instituciones e higiene democrática a los partidos políticos? ¿No habrá millones de españoles dispuestos a hacer Justicia, dignificar la política y salvaguardar la democracia? ¿No habrá millones de españoles para llevar a cabo tantas cosas tan importantes?

Claro que los hay: la inmensa mayoría de ciudadanos quiere y queremos vivir en un país mejor. Y cuando se quiere, normalmente se puede.