Estos son dos de los apelativos que el señor Unzalu (PSE) y Mari Mar Blanco (PP) me endosaron durante el pleno celebrado ayer en el Parlamento Vasco. En esta ocasión, superaron los insultos habituales en ausencia de argumentos suficientes: ya saben, «demagogos», «ignorantes», «populistas» son ya gratos recuerdos de una época en la que se nos insultaba… pero se nos insultaba menos. Y todo por presentar una iniciativa clara como el agua que proponía instar al Gobierno de España a que condicione el disfrute de beneficios penitenciarios o el acceso a cualquier plan de reinserción por parte de los presos etarras a su colaboración con la Justicia. Pudo haber sido un paso adelante para lograr aclarar los 326 crímenes cometidos por ETA pendientes de resolución… pero PP y PSE rechazaron contundentemente la iniciativa de la mano de los nacionalistas. Su propuesta alternativa fue agradecer a los gobiernos los servicios prestados… y reclamar la reinserción para los presos etarras. Con su pan se lo coman.
Ya saben lo que dijo Valentín Lasarte en la Audiencia Nacional ocho días antes de entrevistarse con Consuelo Ordóñez: no recuerdo quién me acompañaba la tarde que asesiné al Policía Nieto. Muestra evidente de cómo los etarras encarcelados colaboran con la Justicia. Porque… ¿qué mejor muestra de que uno está arrepentido que colaborar con la Justicia para que los crímenes cometidos por sus compinches puedan ser aclarados? Para el señor Unzalu ésta es una pretensión ruin y para la señora Blanco… colaborar con Batasuna.
Unzalu me llamó «ruin» pero también me acusó de pretender «acabar con el Estado de Derecho» y de presentar una iniciativa «electoralista, interesada y peligrosa». Lo de «peligrosa» se lo pregunté: ¿a qué se refiere usted, exactamente?… pero evitó responderme. Mari Mar Blanco (PP) perdió los papeles y me atacó en lo personal, con insultos gratuitos y descalificaciones gruesas, mentiras incluidas: «usted me dijo que quería quedarse solo y rechazó llegar a una transaccional», dijo desde la tribuna, lo cual es falso de toda falsedad, una invención vergonzosa. Además, me acusó y acusó a UPyD nada menos que… ¡de colaborar con la Izquierda Abertzale!… y todo por pedir que se exija a los presos que colaboren con la Justicia. Casi es hasta comprensible, pues debe ser complicado defender justo lo contrario que lo que defendió durante años. Deben ser los cambalaches partidarios. O los nuevos tiempos de la paz y la normalización política consistentes en tragar con sapos y culebras, la generosidad con los presos etarras y el acercamiento al PNV. Ya saben: «centrarse»… que en Euskadi siempre significó «convertirse en nacionalista».