Quiero pensar que Alberto Surio conoce la realidad sociopolítica vasca mejor de lo que aparenta, pero que prefiere desdibujarla, al servicio del partido en el Gobierno de España y eterno aspirante a la lehendakaritza en Euskadi. De otro modo no se entendería su insistencia repentina, tras largos meses de silencio, en situar a UPyD a la derecha de la esfera política o acaso en la ultraderecha, como partido residual distinto a lo que él mismo sabe que somos: alternativa a los dos grandes partidos nacionales. A los dos. Se trata, por lo que sospecho y me cuentan, de limitar nuestro caladero de votos, estrechar nuestro ámbito de influencia y reducir en algún escaño nuestra futura y más que probable representación parlamentaria. Se trata de salvaguardar al partido socialista en Euskadi y pueda éste salir indemne de su fracaso a escala nacional, puesto en evidencia por nuestra parlamentaria en el Congreso de los Diputados casi todos los días del año pasado, inclusive fiestas de guardar. Se trata de situar al PP como único adversario nuestro, mientras Patxi López se abre paso libre de obstáculos recogiendo todos los votos de la supuesta izquierda.
Pero no cuadran las insinuaciones cada día más sonoras del periodista oficial con nuestro manifiesto fundacional, nuestras propuestas y lo defendido por Rosa en el Parlamento. Tampoco cuadran con nuestros principales dirigentes e ideológos. Para ser claro: si representáramos lo mismo que los populares y no fuéramos alternativa más que a la derecha, no habríamos sido invitados por círculos cercanos al socialismo vasco a no presentarnos en estas elecciones. La realidad es que saben Surio y demás que lo más normal del mundo es que nos voten constitucionalistas descontentos con las políticas llevadas a cabo tanto por la izquierda oficial como por la derecha tradicional. Recogeremos votos de un abanico muy amplio que echa de menos un mismo discurso en todo el territorio nacional. Nos votarán ciudadanos habitualmente situados en la abstención, progresistas defensores del laicismo que aspiran a una regeneración de la democracia en España, ciudadanos no sectarios defensores de la independencia del poder judicial y partidarios de la igualdad en todo el ámbito del Estado. Quienes valoren una mejor sanidad pública y la educación como fundamento de la sociedad. Nos votará o podrá votarnos todo el que piense que falta un partido progresista y transversal con visión de Estado, preocupado por los ciudadanos y libre de hipotecas territoriales. Todo el que piense que hay una manera distinta y mejor de hacer las cosas.