Lo primero que debería recordarse en este debate es la situación en la que nos encontramos: crisis económica, desempleo, incertidumbre, incremento de la pobreza, incremento de la desigualdad, desahucios. Recortes sociales impulsados por el Gobierno Vasco y especialmente por el Gobierno de España: congelación o bajada del sueldo de los funcionarios, congelación de las pensiones, reducción de las ayudas sociales, recortes en Sanidad y en Educación… o precarización del empleo por culpa de una Reforma Laboral que no tuvo otro objetivo que abaratar y facilitar el despido. Recortes sociales a los ciudadanos más desfavorecidos mientras se rescatan entidades financieras o se impulsan indultos a corruptos o a defraudadores. Medidas no sólo contraproducentes para salir de la crisis sino claramente injustas. Los representantes políticos deberíamos dedicarnos sobre todo a esto, a rescatar a los ciudadanos de la crisis económica en la que nos encontramos.

Hay que tratar de salir de la crisis todos juntos sin dejar a nadie en el camino y sin recortes sociales. Hay que rescatar a los ciudadanos. Obviamente, no hay varitas mágicas ni soluciones milagrosas, pero algunas cosas son indispensables hacer para salir cuanto antes de la crisis, incentivar la actividad económica y crear empleo estable y de calidad.

En nuestra opinión, en Euskadi sigue existiendo enorme gasto superfluo que puede ser drásticamente reducido si realmente se quiere. Se trata de ahorrar con sensibilidad e inteligencia. A nosotros nos sigue pareciendo un disparate que en Euskadi, una comunidad autónoma de 2 millones de habitantes, tengamos 4 parlamentos, 4 gobiernos, 3 haciendas, 251 municipios, decenas de organismos duplicados con el Gobierno Central y centenares de empresas públicas, entes y fundaciones… muchas de las cuales sólo han servido de pesebre para los “amigos”.

Nosotros somos partidarios de corregir todo este disparate. Y para ello, planteamos la necesidad de reformar radicalmente el entramado institucional vasco.  La Euskadi del siglo XXI no puede vivir anclada en la historia pasada. No pueden existir leyes sagradas. Y no lo son ni la CE, ni el Estatuto de Gernika… ¡ni la LTH! El complejo entramado institucional vasco genera incomodidades burocráticas y desigualdad entre los ciudadanos, provoca solapamiento de competencias y conlleva duplicidades en la gestión de numerosas políticas públicas. Facilita que se produzcan múltiples y graves ineficiencias, duplicidades administrativas y conflictos interinstitucionales. Según estudio del GV, tales ineficiencias y duplicidades nos supondrían al menos 403 millones de euros anuales. Este estudio, así como los trabajos de la Comisión de duplicidades y, sobre todo, la experiencia acumulada, han venido a confirmar que este entramado es un disparate y que es urgente reformarlo profundamente, sin miedo, no sólo para reducir los inmensos gastos que produce sino también y sobre todo para modificar y clarificar el reparto competencial y proceder a redimensionar o ELIMINAR las instituciones que se demuestren innecesarias.

¡¡ Que el Gobierno Vasco nos traiga la reforma de la LTH con estos objetivos para, a partir de ahí… los distintos grupos podamos realizar nuestras aportaciones !!

En nuestro caso, ya les avanzo, propondríamos la supresión de las Diputaciones Forales y las JJGG de los TTHH para ir hacia una nueva distribución de competencias más razonable entre el Gobierno Central, Gobierno Vasco y Ayuntamientos. Se trata de alcanzar la mejor estructura institucional posible, aquella que sea más eficaz, que sirva mejor a los ciudadanos, que facilite la prestación de más y mejores servicios, la más viable, razonable, sostenible, justa e igualitaria.

 Obviamente, a esta reforma profunda de la LTH, deberían unirse otras medidas:

– la aprobación y puesta en marcha de una Ley Municipal que clarifique las competencias de los municipios y les garantice autosuficiencia financiera.

 – la fusión de los municipios más pequeños (como se ha hehco en Europa).

 – la reducción drástica del entramado de empresas públicas, entes y fundaciones dependientes del Gobierno Vasco, de las Diputaciones Forales y de los Ayuntamientos convertidas en… ¡Agencias de colocación!

En concreto, para esto último ya hemos presentado una iniciativa parlamentaria, que pide al Gobierno Vasco la elaboración de un Plan de actuación para la reducción del número de entes dependientes del Gobierno Vasco… un plan extensible a las Diputaciones y a los Ayuntamientos. En definitiva, no puede ser que sigamos manteniendo una estructura interna elefantiásica, derrochadora, opaca y absolutamente trasnochada, que además frena la salida de la crisis y el crecimiento económico, mientras se impulsan o se amenaza con impulsar nuevos e injustos recortes sociales.

Además, hay que luchar más y mejor contra el fraude fiscal. Necesitamos, además de las mejoras ya impulsadas en este ámbito por las distintas diputaciones forales, un Plan conjunto de lucha contra el fraude fiscal. No basta con que cada diputación haga su particular guerra contra el fraude, debemos actuar conjuntamente y de la mano.

Necesitamos además una Reforma fiscal que comience con la aplicación de una sola política fiscal para el conjunto de Euskadi y que tenga como propósito que pague más quien más tiene. Es un disparate que los ciudadanos vascos paguemos distintos tributos en función del territorio histórico donde residamos.

El sistema foral está fallando estrepitosamente. Las competencias fiscales deben pasar al Parlamento Vasco. Es una excentricidad que se nos llene la boca todos los días respecto de la necesidad de impulsar en Europa la UNIÓN FISCAL para garantizar más igualdad… y en España tengamos diferentes regímenes fiscales y en Euskadi tres políticas fiscales diferentes. Esto perjudica claramente la salida de la crisis y es un impedimento clarísimo para impulsar la política fiscal más progresista y justa.

 No puedo olvidar el asunto de los DESAHUCIOS para decir al menos telegráfica pero contundentemente que las situaciones injustas se resuelven modificando leyes injustas… y nosotros somos firmes partidarios de modificar la ley hipotecaria y la ley concursal, entre otras, para introducir la DACIÓN en PAGO y otras medidas.

Además, hay que ayudar y financiar a nuestras empresas y ayudarlas en la necesaria internacionalización. Hay que incentivar la actividad económica para crear empleo estable y de calidad. Hay que aprobar planes de empleo. Hay que apoyar la I+D+i. Hay que mejorar la educación. Hay que fomentar la innovación. Hay que incrementar el número de becas. Hay que mejorar la investigación.

Para todo esto necesitamos recursos que sean destinados equitativamente a lo realmente importante, de ahí la necesidad de las medidas que ya he explicado: reformar o suprimir o superar la LTH, eliminar duplicidades, tener una administración realmente eficiente, eliminar entes inútiles, reformar la fiscalidad, mejorar la lucha contra el fraude fiscal. Se trata de destinar los recursos públicos a mantener y fortalecer el Estado del Bienestar, a tener una Educación Pública de calidad, a mantener y mejorar la Sanidad pública, a mejorar las ayudas y las prestaciones sociales… en lugar de destinarlos a mantener administraciones inútiles u organismos superfluos.

Somos también partidarios de que se abandonen definitivamente o no se inicien determinadas obras faraónicas propias de políticos manirrotos que siguen defendiendo todavía a día de hoy que hay que derrochar el dinero de la gente: San Mamés Barria, Puerto Exterior de Pasajes, soterramiento del TAV a su paso por Vitoria, entre otras. Hay que introducir la cultura de la eficiencia en los proyectos de inversión… de modo que sólo se inicien aquellos que sean realmente necesarios y estén avalados por estudios técnicos competentes. Se han hecho demasiadas barbaridades en los últimos tiempos… con el absurdo argumento de “nosotros nos lo merecemos” o “tal ciudad se lo merece”.

Obviamente, es la economía el gran reto de esta legislatura… pero no todo es la economía. ¡Es urgente tomar medidas para ensanchar y perfeccionar la democracia! Se trata de REGENERAR la DEMOCRACIA:

– propondremos reformar la Ley Electoral para defender la circunscripción electoral única en Euskadi.

– necesitamos que haya mucha más transparencia y más información a los ciudadanos, para que los ciudadanos puedan controlar hasta el último euro que pagan con sus impuestos. Empezando por este Parlamento: deberían publicarse en la web los presupuestos detallados, los sueldos de los parlamentarios, las dotaciones económicas que recibidos los grupos, los viajes, etcétera.

– necesitamos luchar firme y contundentemente contra la corrupción política (y contra los indultos a los corruptos).

las listas abiertas, la limitación de mandatos, la introducción de primarias en todos los partidos políticos, el acceso público de los presupuestos y cuentas de los partidos políticos, la austeridad en el uso de los dineros públicos o, por ejemplo, mejoras en la tramitación de las Iniciativas Legislativas Populares, para que, los proponentes puedan intervenir en el Pleno.

Seguiremos defendiendo un cambio en las políticas lingüísticas aplicadas en el País Vasco. Propondremos remover todas las normativas lingüísticas que han provocado y provocan discriminaciones, abusos e imposición, para garantizar de verdad la libertad lingüística. El problema no es el euskera sino las políticas lingüísticas que se han aplicado.

Y, obviamente, mantendremos nuestro compromiso para lograr la derrota definitiva e incondicional de ETA y la deslegitimación de sus ideas totalitarias. Trabajaremos para que se haga justicia y no pueda producirse ni un gramo de impunidad. Defenderemos la memoria de las víctimas del terrorismo y la dignidad de la sociedad vasca.

Es obvio que hay gente trabajando día y noche con un doble objetivo:

 – que se olviden cuanto antes las fechorías de ETA…;

 – y que su historia paralela e inventada sea aceptada como cierta o al menos verosímil por una mayoría.

Nosotros recordaremos a los que nos mienten o a los que se dejan engañar que “los crímenes cometidos por ETA no han sido la consecuencia fatal de un conflicto secular irresuelto”, tal como pretenden hacernos creer y vender los defensores de los intereses de ETA… sino “el resultado de un proyecto político totalitario”. Trabajaremos todos los días para hacer justicia, mantener la memoria de las víctimas, impedir que sea posible ningún tipo de impunidad, evitar todo cambalache antidemocrático o negociación política y defender la dignidad de la sociedad vasca. No puede haber justicia si permitimos un atisbo de impunidad, si aceptamos la falsa idea del conflicto político como elemento justificador de las fechorías cometidas por ETA, si nos tragamos la mentira de que aquí hubo algo así como dos bandos enfrentados que ejercieron violencia ilegítima de modo semejante y que provocaron víctimas iguales o parecidas. Nosotros no participaremos en ninguna ponencia ni apoyaremos ningún organismo que pretenda tal cosa.

Debemos enfrentarnos a la pretensión de algunos de pasar página como si nada hubiera ocurrido, falsear la historia o negar los hechos ocurridos. En palabras de Kepa Aulestia, “las instituciones vascas están obligadas a elegir entre una paz que cargue la responsabilidad sobre los hasta ahora violentos o una convivencia que les libre de culpa. Los términos medios serán siempre favorables a la justificación retrospectiva de la trayectoria etarra”. No puede producirse en ningún caso un injusto empate moral: que de ningún modo sea lo mismo haber asesinado que haber sido asesinado. Por tanto, este es nuestro compromiso. Memoria, dignidad y justicia.

 A nosotros nos gustaría tener un lehendakari y un Gobierno Vasco que tuviera como prioridades las que he señalado antes: salir todos juntos de la crisis sin recortes sociales, incentivar la actividad económica y crear empleo estable y de calidad, modificar la LTH… para modernizarnos internamente, impulsar una reforma fiscal, luchar conjuntamente contra el fraude fiscal, impulsar medidas de regeneración democrática, cerrar los chiringuitos del PNV, derrotar incondicional y definitivamente a ETA, sin impunidad ni cambalaches antidemocráticos… y dar pasos para resolver los crímenes pendientes.

Laura Mintegui no no puede ser candidata porque representa a una coalición que sigue sin condenar la historia criminal de ETA, que sigue sin exigirle su disolución definitiva e incondicional.

Yo les cuento la historia que hemos vivido: durante años, hemos sufrido el terrorismo discriminado de ETA: más de 850 asesinatos, miles de heridos e incontables ciudadanos expulsados del lugar donde querían vivir. Mientras eso ocurría, Herri Batasuna, Batasuna y el resto de marcas de la llamada “izquierda abertzale” han sido las acompañantes leales y fieles de la organización terrorista, los voceros de los delincuentes, los que justificaron y nos “explicaron” cada uno de los asesinatos, los que gritaban “ETA mátalos” frente a nuestras manifestaciones, los cómplices voluntarios de la estrategia etarra para alcanzar el poder y excluir a los no nacionalistas.

Hace poco más de un año, ETA emitió un comunicado y anunció “el cese definitivo de la actividad armada”. Sin embargo, a día de hoy, ETA sigue viva y amenazante, emite comunicados, no se ha disuelto, no ha entregado las armas, no ha pedido perdón público por sus crímenes, no ha mostrado arrepentimiento y no se ha mostrado dispuesta a colaborar con la Justicia para resolver los 326 crímenes pendientes de esclarecimiento. Realmente, y esto es algo obvio, la banda pretende seguir condicionando las decisiones de los partidos políticos y el futuro de todos nosotros.

A día de hoy, Amaiur, Bildu y EH Bildu siguen sin condenar la historia criminal de ETA y sin exigirle su disolución definitiva e incondicional. No sólo eso, recientemente, Laura Mintegi rechazó detener a los delincuentes miembros de la banda porque «la actuación policial y judicial contra ellos es un obstáculo para alcanzar la paz». Obviamente, continúan defendiendo los intereses de la banda: hacen política en los parlamentos y defienden la impunidad de los criminales.

Además, siguen llamando “presos políticos” a los presos que están encarcelados por delitos perfectamente tipificados en el Código Penal. Insistir en que hay “presos políticos” es insultar a la sociedad y decir que lo hizo esa gente estuvo bien.

Fernando Barrena, lunes día 3 de diciembre: “no se nos pida abjurar de nuestro pasado porque estamos muy orgullosos de lo aportado a la lucha por la libertad de este pueblo”. Deben abjurar de su pasado si es que lo asumen como propio y, si no lo asumen como propio, deben igualmente exigir que abjuren los que no sólo no se muestran arrepentidos sino que incluso dicen sentirse orgullosos “de lo aportado a la lucha por la libertad de este pueblo”.

Mientras no den el paso de condenar cada atentado cometido por ETA, mientras no exijan a la banda terrorista su disolución incondicional y definitiva… nosotros no podremos compartir nada esta gente. Este es nuestro suelo ético irrenunciable. Es una cuestión de principios que se entiende perfectamente en cualquier sociedad decente.

Necesitamos un lehendakari y un gobierno que den estabilidad, solidez y confianza, y esto es algo que no lo tenemos… pero también un lehendakari y un gobierno que impulsen las medidas que Euskadi necesita.

¿De dónde va a recortar usted para cuadrar las cuentas?

¿Va a hacer usted lo que su partido no ha querido hacer durante años?

 ¿Va a impulsar cambios en el entramado institucional vasco o en la fiscalidad, justo lo que no ha querido hacer nunca?

 ¿Va a proponer un plan conjunto de lucha contra el fraude fiscal?

 ¿Va a cerrar los chiringuitos?

 ¿Va a impulsar cambios en la política lingüística para acabar con las discriminaciones, las imposiciones y los abusos?

 ¿Y de las medidas de regeneración democrática?

 ¿Y la derrota de ETA sin vendernos la teoría del conflicto político?

Euskadi no necesita planes soberanistas, nuevos estatus políticos ni derechos inexistentes de autodeterminación. Necesita justo lo contrario: modernizarse internamente y abrirse al mundo. Pretender la independencia es un disparate que nos llevaría a la ruina económica, política y social.

Seguiremos defendiendo el constitucionalismo, sin complejos ni miedos. Seguiremos oponiéndonos a los nacionalismos, tanto a los pequeños que rompen la igualdad y la solidaridad en España como a los grandes que impiden la construcción de Europa. Seguiremos defendiendo una salida justa de la crisis sin recortes sociales. Seguiremos defendiendo el Estado del Bienestar. Seguiremos defendiendo una Euskadi internamente unida y unida al resto de España y Europa, dentro del Euro y de la UE, solidaria y abierta al mundo.

Oposición constructiva pero contundente. Nosotros utilizaremos nuestro voto para defender más igualdad, más democracia y más libertad.

Señor Urkullu, usted no se ha comprometido con nada de lo que nosotros consideramos indispensable… y la señora Mintegi ni siquiera se ha comprometido con la democracia… por lo que iremos a la abstención.